jueves, 3 de mayo de 2012

Cómo convertir la ciencia en algo rentable para España

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Las spin off españolas están desafiando la crisis con ideas de negocio innovadoras. Son las que llevan a la práctica el concepto de transferencia de tecnología, las que sacan la investigación de los departamentos de las universidades, la orientan al mercado y la ponen a facturar. Eso sí, para que esta aventura culmine en éxito, la mayoría de ellas necesita un socio industrial que ayude con el proceso de comercialización.
Advancell, cazadores de moléculas

La carrera de Clara Campàs (La Roca del Vallés, 1976) dio un giro tras su descubrimiento en 2003 de una nueva molécula, la acadesina, mientras realizaba su doctorado en bioquímica y biología molecular. Esta molécula, que ha demostrado actividad contra leucemias y linfomas, fue patentada en 2004 por la Universidad de Barcelona y ese mismo año Advancell, una spin off de esta universidad, compró la licencia.

La acadesina es el primer medicamento español de origen público que ha llegado a ensayos clínicos y ha demostrado eficacia. En 2010 se probó en una muestra de 24 pacientes con resultados esperanzadores. Tras la adquisición de la licencia, Advancell, con sede en el Parque Científico de Barcelona, fichó a Clara Campàs como jefa de proyecto. Campàs, que era responsable hasta hace poco de la unidad Advancell Therapeutics, acaba de ser ascendida a directora general de la compañía.

La llegada de Campàs provocó un cambio en la actividad de Advancell. Esta empresa se dedicaba anteriormente a la venta de productos y servicios de biología celular. "Con mi llegada en 2004, empezamos a buscar nuevas 'acadesinas', esto es, ayudamos a que moléculas que han descubierto otros lleguen a la fase 2", es decir, la etapa en la que el nuevo fármaco ha demostrado que es seguro y eficaz en pacientes.

Una vez superada esa fase, Advancell licencia el nuevo medicamento a una compañía farmacéutica que pueda llevarlo al mercado de forma rápida y eficiente. "Si los resultados son buenos, y se demuestra que el nuevo fármaco puede ser mejor que lo que ya existe, la licencia no es difícil", señala.

Campàs colgó la bata de investigadora en 2006. Y desde entonces se dedica a tiempo completo a la tarea de 'cazar' nuevas moléculas desarrolladas por terceros y "que tal vez sin un apoyo externo se hubieran quedado solo en un bonito artículo científico".

En opinión de Clara Campàs, en determinados sectores académicos todavía no está bien visto hacer una patente. ?Se sigue creyendo que debes dar tu conocimiento a la humanidad, pero si se quiere transformar este conocimiento en productos como nuevos medicamentos, alguien tiene que invertir?, subraya.

via:ecodiario

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